Cuando me propuso vivir en el campo, alejados de todo el mundo y tener nuestro propio rebaño de ovejas, pensé que era una locura y que acabaríamos volviendo a la civilización más pronto que tarde.
Con el tiempo, fui yo la que se convirtió en una enamorada del campo y no quería ni oír hablar de la ciudad.
Beni
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