© Laura Pintamonadas.
Si el mundo fuera un lugar perfecto yo vendría después de un artículo de Alain Touraine sobre la situación en Libia y delante de uno de Noam Chomsky sobre el significado de la palabra dignidad en América Latina. Pero el mundo no es perfecto y me veo aquí, escribiendo para una revista en la que los tíos aprenden a tener los abdominales de Rafa Nadal mientras observan fotos dechicas que se disputan el corazón de Cristiano Ronaldo en bañador. El mundo es así y yo no estoy aquí para cambiarlo. Estoy aquí para escribir sobre sexo.
Tengo 27 años y soy lesbiana. Teniendo en cuenta que el público mayoritario de esta revista son los hombres quizás debiera corregir y decir que soy bisexual (para que nadie se me desanime a las primeras de cambio). Suelo decir que soy lesbiana porque mientras que me he enamorado de varias mujeres nunca he llegado a sentir lo mismo por ningún hombre, pero a lo largo de mi vida he follado con hombres y mujeres indistintamente y la verdad es que no me veo capaz de hacer un ranking. O quizás sí, da igual. Además diré que me llamo Beta. Beta es una degeneración de Beatriz. Si le preguntas a mi madre te dirá que mi vida está llena de degeneraciones, pero supongo que eso se debe a que nunca le gustaron mis amistades. Yo no me considero una degenerada, reconozco que he tenido épocas difíciles pero según mi psicólogo eso no tendría por qué volver a repetirse.
La verdad es que soy una persona de lo más común y mi vida es relativamente común. Como todo el mundo estoy en contra de la Ley Sinde, como todo el mundo tengo un perfil en facebook, como todo el mundo un día recibí una invitación de Carlos Bardem para que me hiciera su amiga con no se qué siniestras intenciones, como todo el mundo he llegado a pagar para trabajar como becaria, como todo el mundo me he creído Robert Capa con una cámara en las manos y como todo el mundo he amanecido alguna vez que otra junto a un desconocido del que jamás llegué a adivinar cómo había llegado a colarse en mi cama.
Me han pedido que escriba sobre sexo. Podría ser didáctica, convertirme en Lorena Berdún y hablar de la importancia del condón y todo eso, pero tengo dudas de que la gente viera a Lorena Berdún para informarse. La gente veía a Lorena Berdún para fantasear sobre cómo sería follar y recibir lecciones al mismo tiempo. No tengo problemas con eso. No me extrañaría parecerme, dentro de un par de semanas, a uno de esos chinos del circo que hacen girar una docena de platos, cada uno sobre un palito, simultáneamente, y que corre desesperadamente de uno a otro y los agita para que ninguno de los platos se venga abajo. Según Ricky Gervais esa es la mejor metáfora para entender cómo se siente alguien que tiene que masturbar a quince tíos a la vez.
Publicada originalmente el 4 mayo, 2011 a las 10:48 por Beta.
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