Trabajando un gusano en su capullo,
La araña, que tejía a toda prisa,
De esta suerte le habló con falsa risa,
Muy propia de su orgullo:
“¿Qué me dice de tal tela, señor gusano?
Esta mañana la empecé temprano
Y ya estará acabada al mediodía.
¡Mire que sutil es, mire que bella!”
El gusano, con sorna respondía:
“Usted tiene razón; así sale ella”.
Tomás de Iriarte
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