POR IDIOTA

© Laura Pintamonadas

15:35 Hace mucho calor. Suena el móvil. Número desconocido. Descuelgo. “Zorra, ¿por qué tienes siempre que joderlo todo?”. No reconozco la voz. ¿Disculpa? Sí, me has oído bien, te he preguntado que por qué tienes siempre que joderlo todo. Pienso que quizás se trate de un error pero antes de decir nada escucho: “Beta, ¿no me vas a decir nada?”. No sé qué quieres que te diga si no sé quién coño eres. ¿No sabes quién soy? ¿A cuántas parejas les estás jodiendo la vida al mismo tiempo? Me dice su nombre. Es la novia de “la número uno”. Glups. ¿De dónde ha sacado mi móvil? ¿Cómo ha sabido que me acosté con su novia? ¿Eres tan gilipollas que te follas a mi novia y lo publicas en tu puto blog? ¿Pensabas que no me enteraría, imbécil? Es cierto, soy imbécil. Le pido que se tranquilice pero me dice que quiere que nos veamos cara a cara y que si yo no quiero vendrá a buscarme a mi casa. Quedamos en vernos un par de horas después en el Pain Quotidien de Fuencarral, un sitio concurrido con muchos testigos que me puedan socorrer en un momento dado.

18:15 Hace mucho calor. La reconozco nada más verla. Está sentada en una mesa bebiéndose un té helado. Ella a mí también me reconoce. Se levanta cuando me acerco. Temo que me vaya a arrojar el vaso a la cabeza pero, sin embargo, me recibe con un “Hola Beta” y me da dos besos. Me quedo desconcertada. Nos sentamos y me pregunta que por qué le he hecho eso. Trato de justificarme diciendo que son cosas que pasan, que no ha sido nada predeterminado, que las cosas han salido así, que siento si le he hecho daño… Me dice que al principio yo le caía muy mal. Que me odiaba. Pero que con el tiempo, leyendo mi blog, intercambiando algún mensaje, su opinión sobre mí había cambiado y que por eso le ha sorprendido lo que ha pasado con “la número uno”. “A mí me pasa lo mismo, al principio me caías mal, pero ahora me caes bien. En realidad no ha sido nada personal y siento si te he hecho daño”, digo. Me dice que no atraviesa precisamente por su mejor momento y que su vida es muy complicada. Pongo cara de circunstancias. Poco a poco se va reblandeciendo y, en un momento dado, se le quiebra un poco la voz. Aún no sé muy bien por qué pero trato de consolarla cogiéndole la mano. Nos miran como si fuéramos dos amantes que están rompiendo. Ella no rechaza mi gesto sino todo lo contrario. Me mira, me pasa una mano por el cuello y se lanza a besarme. Flipo, no sé lo que está pasando pero tengo su lengua en mi boca. Me intento separar pero no me deja. Le pregunto qué está pasando y me dice que me calle. Vuelve a besarme.

18:37 Hace mucho calor. Se bebe el té de un trago, me dice que me espera en el baño, se levanta y se va. Me quedo mirando el vaso vacío y decidiendo si salgo corriendo. Pienso en “la número uno”, y en sus bocas besándose. Me digo que puede que me arrepienta pero me dirijo hacia el baño. Me está esperando. Cerramos el pestillo. Me sube la camiseta y se pelea con mi sujetador. Sus manos se multiplican. Me desabrocha el pantalón, me mira a los ojos y me acaricia. Me mete dos dedos en la boca. Los muerdo intentando frenarme. Me vuelve a besar con cara de querer asesinarme y lanza a sus profundidades. Siento sus dedos clavarse en mi cabeza. Llaman a la puerta y grita un “ocupado” que hace que quien quiera que fuese salga corriendo.

18:45 Hace mucho calor. Nos miramos en el espejo. Tengo cara de haber corrido los cien metros. Estoy colorada. Recojo mi ropa del suelo y trato de adquirir aspecto de aquí no ha pasado nada. Me dice que cree que se lo va a contar a la número uno. Le digo que no creo que vaya a creerla. Me dice que le hablará de la mancha de nacimiento que tengo en la cadera. Le digo que es más lista de lo que pensaba. Me dice que a veces se hace la tonta y me da la opción de no contar nada si escribo este post.

Publicado el 22 junio, 2011 a las 13:19 por Beta.