Como
no podía ser de otra manera, la ornitosecta se une a este gran
homenaje que todos los amantes de la naturaleza estamos realizando
este año al que fue nuestro gran mentor, ídolo, guía, nuestro
ejemplo a seguir.
Aquél que revolucionó la sociedad española
en la década de los setenta con "El Hombre y la Tierra",
la mejor serie de televisión que se ha producido en este país,
serie por la cual no pasan los años.
El 14 de marzo de 1980
nos dejó este gran naturalista. Se cumplen treinta años de la
dramática muerte de Félix Rodríguez de la Fuente.
Sirvan
estas líneas para rendirle un humilde tributo. Sin embargo, esto no
es más que un blog. Cuando realmente honoramos a Félix es cuando
salimos al campo y disfrutamos del sobrecogedor planeo del águila
real, de los graznidos de los córvidos, de las correrías de los
jabalíes, cuando aumentamos nuestros conocimientos gracias a las
lecturas de sus publicaciones, o cuando vemos sus documentales. Cada
vez que luchamos por la protección de un área amenazada, por la
conservación de una especie animal o vegetal cuya existencia
peligra, o por los derechos de las tribus indígenas. En cada una de
esas ocasiones también le homenajeamos.
Es justo reconocerle
a Félix lo que se merece. Sin su labor posiblemente no podríamos
disfrutar del planeo de ese águila que he mencionado más
arriba.
Cada vez que se me pasa por la cabeza la idea de que
llevamos treinta años sin él algo siniestro me atraviesa el
corazón. Qué enorme pérdida. Cuanto nos hemos quedado por conocer,
por contemplar a través de las cámaras que él dirigía. Pero
también es grande el legado que nos dejó. Y no solo en forma de
publicaciones, programas de televisión o de radio. El legado más
grande que dejó Félix son las hordas de naturalistas de campo que
creó.
Mucha
gente me pregunta de dónde vino mi afición por la naturaleza y los
animales en general, y por las aves en particular. La respuesta es
bien sencilla: desde mi más tierna infancia tuve la suerte de que se
conjuntaran dos grandes influencias en mi vida. Por un lado estaba
Félix en la televisión, instruyéndome, asombrándome con las
maravillas del mundo animal. Por el otro se hallaba la sierra del
Corredor, sus bosques. Este parque natural se halla cerca del pueblo
de Vallgorguina, a unos cincuenta kilómetros de Barcelona. Y en
aquellos bosques pasaba yo los fines de semana y las vacaciones de
verano, siendo testigo en directo y en primera fila de aquello que mi
ídolo mi mostraba a través de la pequeña pantalla.
No
imaginaba yo que en los años venideros iba yo a disfrutar en directo
de buena parte de la fauna que él me había mostrado en televisión
y que se me había vetado de niño al no hallarse presente en la
sierra del Corredor: muflones, quebrantahuesos, águilas reales,
ciervos, y muchos otros animales fueron desfilando frente a mis ojos
a medida que fui creciendo y pude visitar otros lugares de la
geografía ibérica. Tengo la espina clavada todavía de los grandes
carnívoros de la península: el lobo, el lince y el oso. Pero me
siento un privilegiado por haber presenciado las peleas de los machos
de muflón, la migración de las rapaces en otoño, las carreras de
los jabalíes acompañados de sus jabatos, los vuelos de las águilas
culebreras transportando serpientes a su nido, el gran espectáculo
del búho real marcando su territorio al anochecer... y de infinidad
de cosas más que jamás podrían resumirse en unas pocas líneas.
El
más grande divulgador de la fauna que ha existido en este país (y
uno de los más grandes a nivel mundial) no se merece menos que un
rincón dedicado siempre a él en nuestras memorias, y sobre todo
nuestro eterno agradecimiento.
Así que, Félix, no puedo
dejar de darte las gracias una y otra vez, por haber existido y por
haberte dedicado a lo que decidiste dedicarte.
No quisiera
olvidar a Alberto Mariano Huéscar ni a Teodoro Roa, que también
murieron (junto con el piloto Warren Dodson) en aquel accidente de
avioneta. Las vidas de tres naturalistas se vieron truncadas en el
momento más inesperado por amor a la naturaleza, por defender la
fauna y la flora de nuestra Tierra.
Cristina Prieto,
ornitosectaria, compañera de andanzas, coordinadora de la plataforma
"Salvemos
los buitres",
gran amiga mía, enorme naturalista de campo y mejor persona no ha
querido perder la oportunidad de dedicarle también unas líneas a su
admirado Félix Rodríguez de la Fuente:
"Félix
Rodríguez de la Fuente ha sido para mí más que un maestro, para mí
ha sido (y continúa siendo) un héroe. Sus programas sobre animales,
indígenas y aventuras en las lejanas selvas de Latinoamerica
cautivaron mi mente cuando era niña. Sinceramente, le debo gran
parte de lo que soy a Félix. Sin darme cuenta sus narraciones e
imágenes estaban "modelando" mi futura vida de naturalista
y conservacionista. No
te olvido maestro, te veo en cada águila y en cada lobo, en cada río
y en cada bosque, te veo en la gente que lucha y en la gente que
sufre la destrucción de nuestra Madre Tierra. Un
abrazo, estés donde estés."
Daniel
González Martín, ornitosectario, compañero de campo desde hace ya
veinte años, naturalista también, bibliotecario y casi ya biólogo
realiza unas reflexiones sobre su persona y obra:
"A
mi ara no m’agrada massa veure els documentals de Félix Rodríguez
de la Fuente. Em passa amb moltes coses que abans mirava amb molt
d’interès, quan era més petit, i que ara no em criden ni de llarg
la mateixa atenció. Gairebé em passa al contrari. Molts programes i
sèries que abans mirava ara em produeixen més vergonya que una
altra cosa (a excepció de “Ulisses 31” ). Recordo els
documentals de Félix Rodríguez de la Fuente molt sensacionalistes.
Cada cop accepto de menys bon grat segons quins enfocaments, i
lamento que sigui difícil trobar documental amb un guió
mesurat.
Però em resulta molt fàcil lloar i trobar a faltar
alhora el tipus de divulgador que va ser Félix Rodríguez de la
Fuente. Per molts motius. Va fer una tasca divulgadora fantàstica.
Molts companys de biologia reconeixien ser-hi allà esperonats per
l'interès per la fauna que ens va transmetre. A més, conec a molts
naturalistes no directament lligats al món acadèmic que són
autèntics naturalistes. És a dir, que no només miren ocells amb la
finalitat de marcar com a vista aquella espècie, fan la foto i
marxen. Aquests naturalistes dels que parlo ara van a mirar tot
animaló que puguin trobar-se. Una
altra situació que penso no es dóna ara com abans és l’existència
de divulgadors propers. Les noves tecnologies ens connecten d’una
manera ràpida i senzilla amb tot el món. Ara podem visionar
documentals d’arreu. Ens arriben grans produccions anglosaxones de
molta qualitat, (tot i que de vegades tan o més sensacionalistes),
però tenim pocs divulgadors de la nostra fauna. Tenim divulgadors
sobretot mediambientals, que parlen de l’entorn natural de vegades
des d’un enfocament de salut i qualitat de vida. No vull insinuar
que això no tingui la seva importància. Però amb en Félix
Rodríguez de la Fuente els animals eren els protagonistes, i ho eren
els d’una regió faunísticament parlant molt important: La
península Ibèrica, que coneixem millor i estimem més gràcies a
ell."i
La
ornitosecta ha hablado.
Nunca firmo las entradas del blog,
pero para mí es un honor hacerlo en este caso.
Larga
vida entre las águilas al Cetrero Mayor del Reino.
Jordi
Sala
i “A mí ahora no me
gusta demasiado ver los documentales de Félix Rodríguez de la
Fuente. Me
pasa con muchas cosas que antes miraba con mucho interés, cuando
era más pequeño, y que ahora no me llaman ni de largo la misma
atención. Casi
me pasa lo contrario. Muchos
programas y series que antes miraba ahora me producen más vergüenza
que otra cosa (a excepción de "Ulises 31"). Recuerdo
los documentales de Félix Rodríguez de la Fuente muy
sensacionalistas. Cada
vez acepto de menos buen grado según qué enfoques, y lamento que
sea difícil encontrar documental con un guión medido.
Pero
me resulta muy fácil alabar y echar de menos al mismo tiempo el
tipo de divulgador que fue Félix Rodríguez de la Fuente. Por
muchos motivos. Hizo
una labor divulgadora fantástica. Muchos compañeros de biología
reconocían estar allí espoleados por el interés por la fauna que
nos transmitió. Además,
conozco a muchos naturalistas no directamente ligados al mundo
académico que son auténticos naturalistas. Es
decir, que no sólo miran pájaros con la finalidad de marcar como a
vista esa especie, hacen la foto y se marchan. Estos
naturalistas de los que hablo ahora van a mirar todo animalito que
puedan encontrarse. Otra
situación que creo no se da ahora como antes es la existencia de
divulgadores cercanos. Las
nuevas tecnologías nos conectan de una manera rápida y sencilla
con todo el mundo. Ahora
podemos visionar documentales de todo. Nos
llegan grandes producciones anglosajonas de mucha calidad, (aunque a
veces tan o más sensacionalistas), pero tenemos pocos divulgadores
de nuestra fauna. Tenemos
divulgadores sobre todo medioambientales, que hablan del entorno
natural a veces desde un enfoque de salud y calidad de vida. No
quiero insinuar que esto no tenga su importancia. Pero
en Félix Rodríguez de la Fuente los animales eran los
protagonistas, y lo eran los de una región faunísticamente
hablando muy importante: La Península Ibérica, que conocemos mejor
y preferimos gracias a él”
No hay comentarios:
Publicar un comentario