jueves, 14 de marzo de 2024

HOMENAJE A FÉLIX


Como no podía ser de otra manera, la ornitosecta se une a este gran homenaje que todos los amantes de la naturaleza estamos realizando este año al que fue nuestro gran mentor, ídolo, guía, nuestro ejemplo a seguir.

Aquél que revolucionó la sociedad española en la década de los setenta con "El Hombre y la Tierra", la mejor serie de televisión que se ha producido en este país, serie por la cual no pasan los años.

El 14 de marzo de 1980 nos dejó este gran naturalista. Se cumplen treinta años de la dramática muerte de Félix Rodríguez de la Fuente.

Sirvan estas líneas para rendirle un humilde tributo. Sin embargo, esto no es más que un blog. Cuando realmente honoramos a Félix es cuando salimos al campo y disfrutamos del sobrecogedor planeo del águila real, de los graznidos de los córvidos, de las correrías de los jabalíes, cuando aumentamos nuestros conocimientos gracias a las lecturas de sus publicaciones, o cuando vemos sus documentales. Cada vez que luchamos por la protección de un área amenazada, por la conservación de una especie animal o vegetal cuya existencia peligra, o por los derechos de las tribus indígenas. En cada una de esas ocasiones también le homenajeamos.

Es justo reconocerle a Félix lo que se merece. Sin su labor posiblemente no podríamos disfrutar del planeo de ese águila que he mencionado más arriba.

Cada vez que se me pasa por la cabeza la idea de que llevamos treinta años sin él algo siniestro me atraviesa el corazón. Qué enorme pérdida. Cuanto nos hemos quedado por conocer, por contemplar a través de las cámaras que él dirigía. Pero también es grande el legado que nos dejó. Y no solo en forma de publicaciones, programas de televisión o de radio. El legado más grande que dejó Félix son las hordas de naturalistas de campo que creó.


Mucha gente me pregunta de dónde vino mi afición por la naturaleza y los animales en general, y por las aves en particular. La respuesta es bien sencilla: desde mi más tierna infancia tuve la suerte de que se conjuntaran dos grandes influencias en mi vida. Por un lado estaba Félix en la televisión, instruyéndome, asombrándome con las maravillas del mundo animal. Por el otro se hallaba la sierra del Corredor, sus bosques. Este parque natural se halla cerca del pueblo de Vallgorguina, a unos cincuenta kilómetros de Barcelona. Y en aquellos bosques pasaba yo los fines de semana y las vacaciones de verano, siendo testigo en directo y en primera fila de aquello que mi ídolo mi mostraba a través de la pequeña pantalla.

No imaginaba yo que en los años venideros iba yo a disfrutar en directo de buena parte de la fauna que él me había mostrado en televisión y que se me había vetado de niño al no hallarse presente en la sierra del Corredor: muflones, quebrantahuesos, águilas reales, ciervos, y muchos otros animales fueron desfilando frente a mis ojos a medida que fui creciendo y pude visitar otros lugares de la geografía ibérica. Tengo la espina clavada todavía de los grandes carnívoros de la península: el lobo, el lince y el oso. Pero me siento un privilegiado por haber presenciado las peleas de los machos de muflón, la migración de las rapaces en otoño, las carreras de los jabalíes acompañados de sus jabatos, los vuelos de las águilas culebreras transportando serpientes a su nido, el gran espectáculo del búho real marcando su territorio al anochecer... y de infinidad de cosas más que jamás podrían resumirse en unas pocas líneas.

El más grande divulgador de la fauna que ha existido en este país (y uno de los más grandes a nivel mundial) no se merece menos que un rincón dedicado siempre a él en nuestras memorias, y sobre todo nuestro eterno agradecimiento.

Así que, Félix, no puedo dejar de darte las gracias una y otra vez, por haber existido y por haberte dedicado a lo que decidiste dedicarte.

No quisiera olvidar a Alberto Mariano Huéscar ni a Teodoro Roa, que también murieron (junto con el piloto Warren Dodson) en aquel accidente de avioneta. Las vidas de tres naturalistas se vieron truncadas en el momento más inesperado por amor a la naturaleza, por defender la fauna y la flora de nuestra Tierra.

Cristina Prieto, ornitosectaria, compañera de andanzas, coordinadora de la plataforma "Salvemos los buitres", gran amiga mía, enorme naturalista de campo y mejor persona no ha querido perder la oportunidad de dedicarle también unas líneas a su admirado Félix Rodríguez de la Fuente:

"Félix Rodríguez de la Fuente ha sido para mí más que un maestro, para mí ha sido (y continúa siendo) un héroe. Sus programas sobre animales, indígenas y aventuras en las lejanas selvas de Latinoamerica cautivaron mi mente cuando era niña. Sinceramente, le debo gran parte de lo que soy a Félix. Sin darme cuenta sus narraciones e imágenes estaban "modelando" mi futura vida de naturalista y conservacionista. No te olvido maestro, te veo en cada águila y en cada lobo, en cada río y en cada bosque, te veo en la gente que lucha y en la gente que sufre la destrucción de nuestra Madre Tierra. Un abrazo, estés donde estés."

Daniel González Martín, ornitosectario, compañero de campo desde hace ya veinte años, naturalista también, bibliotecario y casi ya biólogo realiza unas reflexiones sobre su persona y obra:

"A mi ara no m’agrada massa veure els documentals de Félix Rodríguez de la Fuente. Em passa amb moltes coses que abans mirava amb molt d’interès, quan era més petit, i que ara no em criden ni de llarg la mateixa atenció. Gairebé em passa al contrari. Molts programes i sèries que abans mirava ara em produeixen més vergonya que una altra cosa (a excepció de “Ulisses 31” ). Recordo els documentals de Félix Rodríguez de la Fuente molt sensacionalistes. Cada cop accepto de menys bon grat segons quins enfocaments, i lamento que sigui difícil trobar documental amb un guió mesurat.
Però em resulta molt fàcil lloar i trobar a faltar alhora el tipus de divulgador que va ser Félix Rodríguez de la Fuente. Per molts motius. Va fer una tasca divulgadora fantàstica. Molts companys de biologia reconeixien ser-hi allà esperonats per l'interès per la fauna que ens va transmetre. A més, conec a molts naturalistes no directament lligats al món acadèmic que són autèntics naturalistes. És a dir, que no només miren ocells amb la finalitat de marcar com a vista aquella espècie, fan la foto i marxen. Aquests naturalistes dels que parlo ara van a mirar tot animaló que puguin trobar-se. Una altra situació que penso no es dóna ara com abans és l’existència de divulgadors propers. Les noves tecnologies ens connecten d’una manera ràpida i senzilla amb tot el món. Ara podem visionar documentals d’arreu. Ens arriben grans produccions anglosaxones de molta qualitat, (tot i que de vegades tan o més sensacionalistes), però tenim pocs divulgadors de la nostra fauna. Tenim divulgadors sobretot mediambientals, que parlen de l’entorn natural de vegades des d’un enfocament de salut i qualitat de vida. No vull insinuar que això no tingui la seva importància. Però amb en Félix Rodríguez de la Fuente els animals eren els protagonistes, i ho eren els d’una regió faunísticament parlant molt important: La península Ibèrica, que coneixem millor i estimem més gràcies a ell."i

La ornitosecta ha hablado.

Nunca firmo las entradas del blog, pero para mí es un honor hacerlo en este caso.

Larga vida entre las águilas al Cetrero Mayor del Reino.

Jordi Sala


i “A mí ahora no me gusta demasiado ver los documentales de Félix Rodríguez de la Fuente. Me pasa con muchas cosas que antes miraba con mucho interés, cuando era más pequeño, y que ahora no me llaman ni de largo la misma atención. Casi me pasa lo contrario. Muchos programas y series que antes miraba ahora me producen más vergüenza que otra cosa (a excepción de "Ulises 31"). Recuerdo los documentales de Félix Rodríguez de la Fuente muy sensacionalistas. Cada vez acepto de menos buen grado según qué enfoques, y lamento que sea difícil encontrar documental con un guión medido.
Pero me resulta muy fácil alabar y echar de menos al mismo tiempo el tipo de divulgador que fue Félix Rodríguez de la Fuente. Por muchos motivos. Hizo una labor divulgadora fantástica. Muchos compañeros de biología reconocían estar allí espoleados por el interés por la fauna que nos transmitió. Además, conozco a muchos naturalistas no directamente ligados al mundo académico que son auténticos naturalistas. Es decir, que no sólo miran pájaros con la finalidad de marcar como a vista esa especie, hacen la foto y se marchan. Estos naturalistas de los que hablo ahora van a mirar todo animalito que puedan encontrarse. Otra situación que creo no se da ahora como antes es la existencia de divulgadores cercanos. Las nuevas tecnologías nos conectan de una manera rápida y sencilla con todo el mundo. Ahora podemos visionar documentales de todo. Nos llegan grandes producciones anglosajonas de mucha calidad, (aunque a veces tan o más sensacionalistas), pero tenemos pocos divulgadores de nuestra fauna. Tenemos divulgadores sobre todo medioambientales, que hablan del entorno natural a veces desde un enfoque de salud y calidad de vida. No quiero insinuar que esto no tenga su importancia. Pero en Félix Rodríguez de la Fuente los animales eran los protagonistas, y lo eran los de una región faunísticamente hablando muy importante: La Península Ibérica, que conocemos mejor y preferimos gracias a él”

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